Eduardo Galeano, quizás el último, de los grandes brujos sudamericanos, se ha marchado. ¿Se ha marchado...?. ¿Pero acaso, no son los brujos, los que se ríen de la formas y de la materia.¿ No son ellos, los que saben instalar las magias eternas?.
Por favor, déjemos de lado las pavadas; Eduardo Galeano, NO SE HA MARCHADO: es cóndor en los Andes; tango en un bar perdido de Montevideo; fútbol las 24 horas por día en la mente de un niño uruguayo; deslumbramiento de poesía, en algún adolescente que empieza a leerlo; y asombro siempre nuevo, ante los ojos de cualquier habitante del mundo, que ame la literatura y la lucidez; la sensibilidad y el compromiso.
Por eso, por última vez lo repito: NO SE HA MARCHADO; lo imaginaré también, barco de papel dorado, navegando por el Río de la Plata, listo para que embarquemos, y salgamos a buscar nuevos horizontes.
Por favor, déjemos de lado las pavadas; Eduardo Galeano, NO SE HA MARCHADO: es cóndor en los Andes; tango en un bar perdido de Montevideo; fútbol las 24 horas por día en la mente de un niño uruguayo; deslumbramiento de poesía, en algún adolescente que empieza a leerlo; y asombro siempre nuevo, ante los ojos de cualquier habitante del mundo, que ame la literatura y la lucidez; la sensibilidad y el compromiso.
Por eso, por última vez lo repito: NO SE HA MARCHADO; lo imaginaré también, barco de papel dorado, navegando por el Río de la Plata, listo para que embarquemos, y salgamos a buscar nuevos horizontes.
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